Colección de Bitácoras "Un mundo naif de cabezonas"

Las calles se llenaron de silencio, la naturaleza se abrió paso tímidamente en el aire y el mar, y nosotros, tu y yo, tuvimos que aguardar en aquel refugio donde la incertidumbre habitaba, pero la esperanza nunca se perdió. En medio de una atmósfera inestable, poco segura y nada confiable, apareció una colección de bitácoras, para escribir en cada una de las páginas, que siempre hay y habrá un mañana.


El aroma tan exquisito de jazmín que embarga toda la casa, nunca había sido tan importante, hasta hoy y es que esos cambios abruptos, nos muestran 2 caminos; el lamento o el verdadero valor de las cosas.
En medio de esa fragancia tan sutil, que nos hace conectar con todos nuestros sentidos, nace un sueño, que hace un par de años atrás había sido solo un proyecto; sin duda las cabezonas estaban listas para un nuevo comienzo.


El 2020 se marcaba como un año, en el que abordaría 2 exposiciones importantes muy planificadas y deseadas. Todo estaba coordinado y la museografía entraba en proceso de revisión final. Las piezas estaban en camino, pero como algunas de las anécdotas vividas, el mundo tenía preparado algo diferente para ella. Un cambio radical ya había tocado a su puerta y fue justamente lo que le permitió reabrir esa gaveta olvidada de pinceles, que sin pensarlo en un primer momento, la llevó a recorrer salas nacionales e internacionales como México y EE.UU.





Hoy el mundo era diferente, su agenda nuevamente fue modificada pero ¿qué hacer ahora?, ¿dejarse llevar por la marea de la incertidumbre o crear algo nuevo? y es que en los momentos más difíciles, cuando el corazón oprime y las fórmulas antiguas no funcionan, pueden nacer las mejores cosas y así nació la Colección de Bitácoras “Un mundo naif de cabezonas”.


Aproximadamente a los 15 años Angélica de Rocío Flores directora de arte y artista plástica, decidió crear su primera bitácora porque no encontraba una que se ajuste a lo que buscaba. En aquel entonces lo que pareció un pasatiempo divertido y que empezó de manera muy rudimentaria, hoy se ha convertido en una pieza llena de detalles, con el uso de herramientas sofisticadas, mucha creatividad y amor por lo que hace ya que cada bitácora es elaborada 100% a mano; desde el diseño, el armado y el packaging final.


Este proyecto lleno de arte y mucha delicadeza, se abordó en medio de la incertidumbre, la falta de habito de consumo online y con un público consumidor de arte que de alguna manera había cambiado; en donde lo único que no cambió, fue el estilo tan característico de esta joven artista peruana, que junto a su mundo de cabezoncitas, recorre de manera lúdica pero profunda; las emociones del ser humano.
Con muchos obstáculos en el camino y un futuro a corto plazo no muy claro, en el ámbito artístico, decidió postularse a una convocatoria en nuestro país y entre miles de postulantes y proyectos, el suyo fue seleccionado. Un proyecto tan ambicioso, en un mundo que recién empezaba a adaptarse, no hubiera sido posible sin el apoyo del Ministerio de Cultura a través de Las Líneas de Apoyo Económico; el cual convirtió un sueño a futuro, en una realidad que hoy en día ha llegado a muchas manos, para escribir y crear en compañía de un mundo mágico de cabezas grandes y emociones profundas.

Muchas veces en la vida, las cosas no salen como las deseamos, salen mucho mejor. Sin duda este pensamiento a acompañado a esta artista peruana a lo largo de su carrera.

Su colección de bitácoras “Un mundo naif de cabezonas” las pueden encontrar en sus redes sociales.





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